Un Bando de la Huerta Diferente

Bando de la Huerta Diferente

Ayer, 6 de abril de 2021, vivimos uno de los Bandos de la Huerta más diferentes en la historia de Murcia. Siempre hubo dos maneras de vivir el bando, al menos en las últimas décadas, uno apegado a la tierra, a la memoria folclórica y a las tradiciones que forman parte de nuestra identidad y otro, desbocado y callejero, el cual se rodeaba de botelleos y altavoces en los parques y jardines de la ciudad. Aunque también los había capaces de vivir ambas realidades y cruzaban desde Gran Vía la frontera que separaba las carrozas y las parrandas de las litronas y la música indie con un ánimo integrador.

Pero este año ha sido diferente, y aunque la pandemia lo ha cambiado todo, no han sido pocos los que ayer se pusieron su traje de huertano al completo, esparteñas, zaragüelles, fajín, delantal y mantón; para recordar que el Bando de la Huerta no ha muerto, sino que está esperando su oportunidad para volver a llenar las calles de Murcia de color, música, y sobretodo alegría.

Gracias al gran despliegue policial, con 700 agentes y dos drones peinando el municipio que dejaron poco margen a desfases. Ocasionando que la cara más callejera y fiestera fuera menos evidente en las calles, y pasándose a los bares y restaurantes de Murcia. Los efectivos tuvieron que disolver varios amagos de botelleo en el monte y jardines, y pusieron decenas de multas a jóvenes sin mascarillas y por beber en la calle.

Acarreando que las terrazas de bares y restaurantes estuvieran inundadas, hasta la última silla, todas repartidas en grupos de cuatro. “Es un buen día, pero caso como cualquier festivo. Lo recibimos como un sábado en mitad de la semana, y sobre todo, como la prueba de que el problema no son los bares; esta es la demostración de que podemos dar un servicio controlado, y de que los problemas los generan otro tipo de actividades”, reivindicaba José María Rubiales, presidente de la Asociación de Cafés, Bares y Afines de la Región.

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