Vaticano: La Capilla Sixtina se llena de expectación en el inicio del Cónclave 2025

Chimenea de la Capilla Sixtina emitiendo fumata negra durante el Cónclave 2025, señalando que aún no se ha elegido al nuevo papa tras la primera votación.

El Cónclave 2025 arrancó oficialmente el miércoles 7 de mayo en la Capilla Sixtina, un lugar cargado de historia, arte y espiritualidad, donde los 117 cardenales electores de todo el mundo se han reunido para llevar a cabo una de las decisiones más importantes dentro de la Iglesia Católica: la elección del nuevo papa, sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril tras más de una década de pontificado. Bajo el fresco del Juicio Final de Miguel Ángel y en un clima de recogimiento absoluto, comenzó este proceso solemne y altamente ritualizado que, más allá de su carga religiosa, tiene profundas repercusiones políticas, sociales y culturales a nivel global. Tras una primera jornada de deliberaciones, oraciones y votación secreta, el resultado fue claro: no hubo acuerdo entre los cardenales, y la tradicional fumata negra se alzó en el cielo romano como señal inequívoca de que el Espíritu Santo aún no ha inspirado una elección definitiva.

¿Qué significa la fumata negra?

La fumata negra es el humo que se emite por la chimenea de la Capilla Sixtina para indicar que ningún candidato ha alcanzado la mayoría de dos tercios (79 votos) requerida para ser elegido papa. Esta tradición, de gran carga simbólica, es observada por millones de personas alrededor del mundo que siguen en tiempo real cada paso del proceso.

¿Quién será el sucesor del papa Francisco?

El fallecido pontífice argentino marcó una era de reformas, apertura al diálogo y atención a temas como el cambio climático y la inclusión social. Por eso, el próximo papa tendrá la tarea de continuar —o redefinir— ese legado. Entre los nombres más mencionados para liderar la Iglesia Católica destacan:

  • Cardenal Matteo Zuppi (Italia): Conocido por su enfoque pastoral y trabajo ecuménico.
  • Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas): Figura carismática y cercana al pensamiento de Francisco.
  • Cardenal Peter Turkson (Ghana): Defensor de la justicia social y el medioambiente.
  • Cardenal Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo): Reformista, con apertura hacia los desafíos contemporáneos.

Cada uno representa una visión distinta del futuro de la Iglesia, y sus posibilidades dependerán de las alianzas internas dentro del cónclave.

Un proceso guiado por la tradición y el secreto

El cónclave en el Vaticano es un evento rodeado de solemnidad y absoluto sigilo. Los cardenales están incomunicados, sin acceso a teléfonos ni medios de comunicación. Las votaciones se realizan en la Capilla Sixtina, y al finalizar cada una, se quema la papeleta para emitir el humo que indica si ha habido o no elección.

Este proceso puede durar desde uno hasta varios días. Si después de cuatro votaciones no hay papa, se realiza una jornada de reflexión y luego se reanudan las votaciones.

Expectación global por la fumata blanca

Mientras la Plaza de San Pedro se llena cada día de fieles, turistas y medios de comunicación, el mundo entero sigue atento a una señal: la fumata blanca. Esa columna de humo claro indicará que el nuevo papa ha sido elegido, y en cuestión de minutos, el cardenal protodiácono pronunciará las famosas palabras:

Habemus Papam

Hasta entonces, continúan las especulaciones, las oraciones y la expectativa por conocer al próximo líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos.

¿Qué sigue en el Cónclave 2025?

El jueves 8 de mayo están programadas cuatro nuevas votaciones. Si ninguna logra el consenso necesario, el proceso seguirá desarrollándose en los próximos días. Según el Vaticano, la duración promedio de un cónclave es de entre 2 y 5 días, pero cada elección papal tiene su propio ritmo y dinámica interna.

Conclusión

El inicio del Cónclave 2025 con una fumata negra marca un momento clave en la historia contemporánea de la Iglesia. Con múltiples desafíos globales, el nuevo papa será más que un líder religioso: será una figura crucial para el diálogo interreligioso, la ética global y la reconstrucción de la confianza en las instituciones espirituales.

Sigue atento a las señales desde el Vaticano. El mundo podría estar a pocas horas —o días— de escuchar una vez más: “Habemus Papam.”