¿Sabes lo que le pasa a tu perro cuando le dices te quiero?

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¿Alguna vez le has dicho a tu mascota «te quiero» o «te amo»? ¡Te garantizamos que después de leer este artículo lo harás más a menudo!

Según un estudio de los investigadores de Canine Cottage (Inglaterra) existe una confirmación de que decir este par de palabras provoca un estado de excitación en el animal tal que, inmediatamente aumenta su frecuencia cardíaca al escucharlas.

Un aumento notable

A estas alturas ya debes conocer bien a tu perro y comprender a la perfección su estado de ánimo. Si mueve el rabo, si busca caricias, si te lame o solicita tu atención… te está diciendo que está feliz. Aunque también es posible entender todo esto a través de los latidos de su corazón.

Y es que los investigadores han analizado las emociones y reacciones corporales de los perros ante la pronunciación de determinadas palabras que simbolizan el afecto y el amor.

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Pues bien, estas palabras (»te quiero» o »te amo») provocan un aumento del 46,2% en la frecuencia cardíaca del animal. 

Para el estudio se utilizaron a cuatro cachorros a los que colocaron collares especiales de seguimiento de su frecuencia cardíaca durante una semana completa en la cual escuchaban románticas frases.

En niveles promedios, los perros tuvieron una frecuencia en reposo de 67 latidos por minuto (lpm). Sin embargo, cuando sus dueños les decían «te amo» se disparaban a un promedio de 98 lpm.

Del mismo modo, se demostró que abrazar al perro y luego inducirlo a relajarse bajo el contacto humano disminuía su frecuencia en un 22,7%.

Esta reacción también la tienen los humanos

Este aumento o disminución de la frecuencia cardíaca no solo afecta a los animales. El mismo estudio vino a concluir que los latidos del corazón humano también aumentan en un 10,4% cuando ven a sus gatos y perros.

Las investigaciones han descubierto que acariciar a un perro libera oxitocina, también llamada ‘hormona del amor’, que se genera cuando las personas se sienten bien y se vinculan socialmente con otros humanos.

Obviamente, estos son solo números y pueden variar de un animal a otro o de una persona a otra, pero la conclusión del estudio es una información muy a tener en cuenta, ¡especialmente si no sueles decir estas palabras mágicas con frecuencia!