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Los animales no son complementos de moda

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Los animales siempre han sido utilizados durante la historia han sido elegidos por modas, sobre todo diferentes razas de mascotas como perros o gatos. Antaño fueron los huskies, dálmatas, pastores alemanes, golden retrievers, cockers, beagles, caniches, chihuahuas o yorkshires los que marcaban tendencias. Hoy día algunas de esas razas permanecen como objeto de deseo, mientras que otras pierden vigencia. Dejan de estar de moda y desaparecen o apenas se las ve. En cambio surgen otras: bichones, shibas inu, pastores belga o border collies (mejor si son azules o merle).

Los gatos no son ajenos a estos caprichos e instagram es una buena manera de tomar el pulso a las últimas tendencias. Así se incrementa la demanda de razas desconocidas salvo por los expertos hasta hace no tanto, como los bengalíes, sphyns, ragdoll o maine coon.

Los perros y gatos, sus razas, no deberían estar sujetos a las modas. Los animales de compañía no son complementos, no son objetos para presumir de nuestro estatus. Sobre todo porque, con excesiva y doliente frecuencia, eso se traduce en gente oportunista que cría sin conocimiento ni ética, compradores que la oferta rápida y barata y que no se informan de las necesidades de ese animal más allá de su aspecto.

La problemática del maltrato, abandono y protección de animales en nuestro país es compleja y multifactorial. Uno de esos factores tiene precisamente que ver con esa compra por capricho, basada en el impulso estético. Un bolso o una chaqueta pueden permanecer olvidados al fondo del armario cuando nos cansamos de ellos, un perro o un gato no.

Dejarse llevar por modas pasajeras al decidir convivir con un perro o un gato son factores de riesgo que pueden derivar en un futuro abandono, pero también a desapego, cambios de mano, sufrimiento del  animal y también de las personas que se metieron en una situación complicada de gestionar sin reflexión, sin estar preparadas, pero también sin mala fe.

Incluso cuando de lo que se habla es de la adopción (la opción más ética, la que yo siempre ejerceré y recomendaré) y no de la compra, se nota que al incorporar a un animal a nuestro hogar primamos que encaje estéticamente en la visión que tenemos de nosotros mismos o que queremos proyectar de nosotros en los demás. En las protectoras saben que los perros negros, atigrados, comunes en tamaño y hechuras, ‘feúchos’… lo tienen mucho más difícil para encontrar un hogar. Igual que se ven enterradas a peticiones de adopción cuando entra un animal de una raza de moda repudiado, tal vez procedente de una fábrica de cachorros desmantelada.

Es normal tener ciertas preferencias, pero es necesario reflexionar sobre si lo más importante en el futuro miembro de nuestra familia, ya provenga de la adopción o de la compra (solo a criadores responsables y comprometidos con el bienestar de animales por favor), es su aspecto o que su carácter y necesidades encajen con nuestra personalidad y estilo de vida. Yo lo tengo claro, sé bien qué enseñanza quiero transmitir a mis hijos e interiorizar.

Que la belleza está en el interior sonará manido y naive, pero no por eso deja de ser cierto.

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