ElPozo Murcia gana el Clásico-100 de fútbol sala español ante el Inter

ElPozo Murcia

Después de dos empates consecutivos, de una irregularidad indudable, alejado de las plazas que corresponden a un bloque de su nivel, ElPozo reivindicó su potencial en el mejor territorio para tal reafirmación: el clásico contra el Movistar Inter, decidido a un minuto y 35 segundos del final por Darío (3-4).

Un impulso esencial para ElPozo. Para su trayectoria, para su confianza, para su determinación, para su escalada en la tabla y para su rumbo hacia la Copa de España. Aún no tiene sellado el billete para esa apasionante competición, pero lo tiene más cerca: necesita sumar tres puntos en los tres duelos aplazados pendientes.


No ha perdido aún lejos del Palacio de los Deportes de Murcia el conjunto dirigido por el argentino Diego Giustozzi, que quiere más -y necesita más- mientras reconduce su mirada a la zona alta, vencedor de un partido trepidante con el gol decisivo de Darío y con muchas cualidades relevantes e indispensables para ganar al Inter.

Este martes demostró pegada ofensiva, ambición, una firme defensa, resistencia -cuando aguantó dos minutos en inferioridad con 2-3 en el marcador-, una intensidad enorme, un portero certero, Espíndola, que también fue un muro cuando el equipo madrileño más insistió, y una tremenda capacidad de reacción: al 3-3 de su rival a dos minutos y 20 segundos del final contestó con el 3-4 definitivo.

Todo eso, menos la contundencia en ataque, también lo tuvo el conjunto madrileño, pero no hay cuestión más incontestable en un deporte como el fútbol sala que la eficacia ofensiva. Por mucho que lo intento sin pausa, por más ambición que propuso sobre la pista, no alcanzó para lograr un empate que lo frena en la clasificación.

Antes del duelo estaba en números o promedio de ‘campeón’ de invierno -dependía de él nada más terminar la primera vuelta al frente de la tabla si ganaba este choque y los otros aplazados pendientes-, ahora no. Ahora tiene dos equipos que pueden sumar más que él (el Levante y el Jimbee Cartagena) y uno que ya tiene los mismos registros que podría alcanzar él: el Palma, el actual líder.

Ni el Inter ni ElPozo dominan la clasificación, ni son tan visiblemente favoritos como siempre, pero el clásico, desde este martes centenario en la Liga, no atiende ni a las posiciones ni a las rachas positivas o negativas ni al pasado, sólo al momento, a los 40 minutos que surgen sobre la pista, impredecibles muchas veces, trepidantes casi siempre y con una intensidad imponente, desde el primer segundo y desde el más mínimo detalle del duelo.

Nada es intranscendente en un encuentro así. No hay muchos errores asumibles, salvo remedio inmediato, como el que inventó Espindola ante Pola. Una excepción en un duelo y un deporte en el que cada fallo casi siempre penaliza con severidad, más aún cuando sobre la cancha hay futbolistas de las cualidades de ambos equipos.

Le pasó a Bruno Iacovino, que despejó de cabeza hacia atrás quizá un balón que no era suyo; a Jesús Herrero, superado por el toque de su compañero cuando salía a la búsqueda de esa pelota aérea, y en definitiva al Inter, que recibió el 0-1 en el minuto 7. Entre el desorden de la acción, Alberto remachó solo, sin ninguna oposición.

En un minuto, el partido entró en ebullición. Unos instantes después, Pol Pachecho ejecutó el 0-2 de estrategia; unos instantes más tarde, Fernando estableció el 1-2 de volea tras un córner. Más eficaz ElPozo, suyo fue el triunfo parcial al descanso, incluso con más distancia por el 1-3 de Marcel a servicio de Cholo Salas (m. 18) en un veloz contragolpe, y suya sería la victoria final.

Y eso que en el segundo periodo, al revés que en el primer tiempo, fue el Movistar Inter el que golpeó, con una conexión Eric Martel-Dani Saldise que apretó el electrónico con aún un mundo por jugar y competir (2-3, m. 24) y que igualó el choque a dos minutos y 20 segundos de la conclusión por medio de Borja (3-3).

Había aguantado incluso una inferioridad numérica ElPozo minutos antes, cuando Espíndola sostuvo la resistencia del 2-3 con cuatro paradas, como para dar por bueno el empate en ese momento. Inconformista, el conjunto murciano reaccionó cuando menos se intuía, por medio de Darío, con el gol del triunfo y la reivindicación.